El chino Dai Sijie firma esta novela escrita originalmente en francés sobre dos adolescentes que son enviados desde la ciudad para su reeducación a un pueblo de la montaña en plena época de la revolución maoísta. Soportando unas condiciones de vida infrahumanas, todo cambia cuando consiguen hacerse con una maleta llena de libros prohibidos de la literatura occidental.
Una de las cosas que más puede gustar de la novela es el tono con el que se narra la historia, el hecho de que sea capaz de describir una época dura, un régimen dictatorial opresivo, las terrible condiciones de trabajo y de vida de la población china, la agobiante falta de libertad, con un tono ligero, impregnado de la alegría, la esperanza, la valentía y la juventud de los protagonistas.
Destaca también la forma en la que profundiza en el valor de la lectura y del arte tanto para el individuo como para la sociedad. Un libro en que los propios libros son protagonistas y donde el tema fundamental es la búsqueda de la libertad.
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En el taller algunos integrantes se fijaron en la traducción (de Manuel Serrat Crespo) pues la prosa en castellano resulta agradable y sonora y en la posible influencia de Buñuel, de quien Dai Sijie se reconoce profundo admirador. Se señaló también lo bien que están trazados los personajes, tanto los tres protagonistas (el narrador, su amigo Luo y la pequeña sastrecilla de los que ambos de enamoran) como otros personajes secundarios: «Cuatro ojos», (el verdadero revolucionario, pues es el que posee los libros), el sastre, el viejo sucio y piojoso que conoce los poemas tradicionales… Se habló del narrador, que del mismo modo que cada vez cuenta mejor historias a los campesinos, cada vez cuenta mejor al lector la suya propia, de una forma cada vez más intensa y profunda.
Se destacó el humor de muchas de las escenas de la obra, las relaciones entre los personajes principales (el amor y la amistad y lealtad que existen entre ellos), la importancia que el autor da al personaje femenino en la novela (convirtiéndola en un símbolo de la situación de la mujer en China en esa época) y se debatió sobre el final que gustó pero también desconcertó: ¿Es la sastrecilla una egoísta? ¿Es una frívola por su alusión a la belleza? Para unos sí. Para otros, el final fue hermoso, sorprendente y una muestra de que la vida y la literatura han transformado radicalmente a la muchacha:» la belleza de una mujer es un tesoro que no tiene precio» sería sinónimo de «la libertad de una mujer es un tesoro que no tiene precio».
Al final, como habitualmente, se acabó aludiendo a temas relacionados, la diferencias con la película que el propio Dai Sijie dirigió basada en la novela y sobre todo uno: las dictaduras y la obsesión que éstas, sean del signo que sean, tienen contra la lectura, los libros y en general, contra cualquier manifestación artística… ¿Por qué será? 😉