Brooklyn Follies de Paul Auster

«Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn». Nathan Glass es un agente de seguros de mediana edad en plena crisis. Recién jubilado, recién divorciado después de treinta y tres años de matrimonio, recién restablecido de un cáncer de pulmón, se instala en Brooklyn. Poco a poco, inmerso en el día a día del barrio, entrando en contacto con una fascinante red de personajes, el malhumorado, cínico y solitario Nat irá descubriendo que no ha ido a Brooklyn a morir sino a vivir.

Junto a Nathan personajes maravillosos: Rachel, la hija de Nathan con la que nunca ha tenido una buena relación, sus sobrinos Tom (el brillante universitario que acaba como taxista y luego librero) y Aurora (la rebelde muchacha que prueba las drogas, tiene una hija de padre desconocido, se dedica un tiempo al cine porno, se casa con el integrante de una secta cristiana y acaba enamorándose de una mujer), Nancy (la bella y perfecta madre, la ternura y belleza personificada), Joyce (la madre de Nancy, último amor de Nat), Harry (el pícaro librero homosexual), Rufus (dependiente de la librería de día, estrella de cabaret de noche, enfermo de sida), Lucy (la encantadora hija de Aurora, abandonada una y otra vez por su madre pero con una capacidad de adaptación a las circunstancias envidiable), Honey (la fuerte y amorosa maestra con la que acabará casándose Tom)…. y muchos otros. La obra es un fresco lleno de escenas cotidianas y amables, los personajes entran y salen de la historia, como en la vida real, aparecen y desaparecen de repente, es un devenir de sucesos, de encuentros y desencuentros entre personajes que no son prototipos sino gente real. Burgueses, universitarios, gente de barrio, niños, artistas, rebeldes, delincuentes y deshauciados, gente que renuncia a los sueños y que crea realidades no menos felices que sus fantasías, gente que vive, sufre y tira para adelante, gente que rompe con todo y empieza de nuevo una y otra vez, contagiándonos su vitalidad. El mensaje o al menos el tono de la obra es esperanzador: no importa lo malo que pueda pasarnos en la vida, siempre tendremos la posibilidad de un renacimiento, de atrapar un momento de felicidad.

Como trasfondo de las historias de los personajes, una visión de la sociedad y la política norteamericanas. La América optimista y luchadora, la América acogedora en la que las distintas razas conviven sin problemas, la división ciudadana entre demócratas y republicanos (que en época de Bush, el autor identifica casi con la extrema derecha) y el desastre del 11 de septiembre (¿Otro drama tras el cual todavía cabe la esperanza?).

Paul Auster dice que Brooklyn Follies es una comedia, una fábula con final feliz. En el taller se vio así y se destacó lo fácil que es de leer, la brillantez de un estilo que engancha aunque la trama no sea intrigante, la belleza de una prosa que apetece leer sea lo que sea lo que se cuente. También se destacó la importancia de las emociones, la ausencia de ternura de la mayoría de los hombres de la novela («defecto» que se cura con la edad como le ocurre a Nathan), la importancia de volcarse en los demás para ser más feliz (los personajes acaban formando una verdadera familia) y se señaló la reflexión metaliteraria.

En Brooklyn Follies la literatura está presente desde el principio, desde que el protagonista manifiesta su deseo de escribir su anecdotario El libro del desvarío humano. Luego aparecen las conversaciones eruditas entre tío y sobrino y los episodios en la librería, hasta llegar al proyecto editorial Biografías a todo riesgo: escribir las historias de la gente normal, para que algo viva de ellos después de su muerte…. la importancia de la escritura como testimonio, la importancia de la literatura porque como bien dice el autor: «Nunca debe subestimarse el poder de los libros».